"Si estás corriendo,
no importa qué tan rápido o lento eres,
tú eres un corredor."
(Andrew Kastor)
Autor: Hugo D. Pastor (@fians4k)
Autor: Hugo D. Pastor (@fians4k)
El número de Noviembre de la prestigiosa revista Runner’s World incluye un excelente artículo acerca de los corredores de la comunidad religiosa de Judíos Ortodoxos, que sin duda aporta una visión diferente del running. A continuación, una traducción adaptada y abreviada de dicho texto.
Mientras corre por Central Park, Zelig Mandel escucha una vez mas el grito de “Hey, linda barba!”. Sonríe y sigue adelante. Esa barba no es por una cuestión estética o una moda hipster. Zelig es Judío ultra-Ortodoxo. Un rabino runner es casi una contradicción en si misma, pero para Mandel es una forma de estar acorde con sus creencias mientras disfruta de la actividad física, mientras al mismo tiempo puede hacer un mitzvah (una buena acción) corriendo por caridad.
Esto último es gracias a Team Lifeline, un grupo de running creado en el año 2006 y que recauda fondos para Camp Sincha, un refugio para niños enfermos. De sus 26 miembros originales, hoy llegan a 450, la mayoría judíos estrictos, y cada uno recauda 3600 dólares anualmente participando en maratones como las de New York, Miami o Las Vegas. Cualquier evento es válido siempre y cuando no interrumpa el Sabbath. Muchos de los organizadores incluso les preparan puestos de hidratación y alimentación kosher y un lugar especial mas alejado para que puedan realizar sus ceremonias religiosas antes de la largada.
Su entrenador, Toby Tanser, los describe como un grupo muy aplicado y que sigue las instrucciones al pie de la letra, y cree que la intensidad de su fe tiene mucho que ver con esto. Mandel se unió a Team Lifeline en el año 2011, en principio solo para combatir el stress. Si, aún quien pasa sus días estudiando la palabra de Dios necesita un descanso, especialmente si además de administrar la sinagoga hay que criar 10 hijos. “No estoy seguro si corro junto a mis hijos o si intento escapar de ellos”, dice Mandel entre risas, pero luego nos regala una reflexión mucho mas profunda: “Al estudiar el Talmud, surgen un montón de preguntas. A veces se necesita una mente limpia y despejada para pensar acerca de estos temas, y lo hago mientras corro. En el judaísmo creemos en llevar la luz al mundo. Como voy a poder llevarla si no me siento bien respecto a mi mismo? Correr me ayuda a sentirme bien.”
Algo interesante de Team Lifeline es que la mayoría de sus participantes son mujeres provenientes de una comunidad en la cual son constantemente mantenidas aparte de los hombres en las cuestiones religiosas y en la mayoría de los eventos sociales. “El cambio es un proceso lento”, dice Mandel, “pero está sucediendo”.
Mandel elige su atuendo de corredor manteniendo siempre como bases la piedad y la practicidad. Aunque muchos piensen que los Judíos Ortodoxos están obligados a utilizar un yarmulke, Mandel hace la observación de que cualquier elemento que cubra la cabeza sirve “así que en la maratón, soy simplemente otro corredor mas con una gorra de baseball”.
“La única plegaria que digo mientras corro”, comenta Mandel, es “Dios, llévame hasta el final!”.
Simplemente, otro corredor mas.
Acaso no es de una belleza incomparable que el running pueda salvar todas las diferencias entre dos personas? La claridad mental para pensar en lo que se tenga que pensar. La fe depositada en algo que nos lleve hasta el final. La pasión para sufrir cada entrenamiento. Los objetivos puestos hacia el futuro. Las ganas de compartir y hacer un bien por el resto. Porque en una maratón, somos todos iguales.
me encantooooooooooooooo! en la Nike, cuando ya no daba más por el calor "infernal" (nunca mejor utilizada), llegué al km 9 y dije: vamos Virgencita que yo te rezo una decena del rosario y vos me acompañás hasta el arco... y llegué!
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